Por Ernesto R. del Valle
ERDELV.- ¿Alguna obra publicada? Háblame de la que más te guste.
R.-Tengo libros publicados por Amazon, un par publicados en Italia y algunos e-books online, el más conocido Mi miedo sólo mío,
pero en realidad me gustaría hacer énfasis en el poemario Ecos de tristeza; este no ha sido publicado aún porque está en el proceso (casi terminado) de la traducción al inglés.
Escribí Ecos de tristeza en un momento muy significativo, de metamorfosis, antes de decidir venirme a vivir a Londres. Hasta el momento ha sido el libro más profundo que he escrito, los poemas llevan una continuidad que casi parecen estar escritos el mismo día, con la misma intención; sin embargo, este período duró aproximadamente un año, de miedo, dolor e inquietud, pero donde la esperanza siempre estuvo presente.
ERDELV.- ¿Piensas que la literatura femenina cubana (la de dentro o fuera de la Isla) es toda una o se diferencia en su esencia interior, en su fuerza o la vivencia de su autor ?
R.- Yo diría que se diferencia de acuerdo con la vivencia de cada autor. Yo me inicié en la poesía cuando aún vivía en Cuba, fue como un agradable despertar, las palabras fluían sin pedir permiso, sin la sabia meditación, como si todo fuera color de rosas.
Pero me fui de mi Cuba, llegué a Costa Rica, sola, de repente contaba únicamente con la poesía: como supervivencia, cómo madre, padre, amiga, vida… Solo ella, y entonces escribía acompañada de lágrimas y sentidos plurales. Mi poesía cambió, o quizás fui yo la que cambió, también la vivencia hizo su parte.
No obstante, ha de haber algún hilo, por muy delicado que sea, que nos une a la hora de escribir, pues todo el que haya vivido en Cuba alguna vez, quedará atado a ella para siempre.
ERDELV.- ¿Puede hablarse de desarrollo de la literatura femenina contemporánea en Cuba? ¿Conoces de ejemplos?
R.- Por supuesto que ha habido un amplio desarrollo. Las escritoras cubanas de hoy, revelan una obra de enorme calidad; ahora más que nunca, la emancipación de la mujer se ve subrayada, especialmente, en la literatura. Este fenómeno ha cambiado las perspectivas del escritor y también del lector. Ante un mundo tan impredecible como el que estamos viviendo, nada más admirable que todas estas reconfortantes voces naciendo. Me limitaré a nombrarlas. Son muchas y son todas excepcionales.
ERDELV.- ¿Piensas que tu desarrollo literario se debe al lugar en que resides o a tus raíces esencialmente cubanas?
R.- Con toda honestidad, tengo que señalar que mi desarrollo literario está más ligado al lugar donde residí, Costa Rica, que a mis raíces cubanas; sin embargo, no habría podido adoptar un estilo tan lírico, como lo he hecho, de no haber sido por mis raíces. Al fin y al cabo, todo está relacionado, una experiencia se enlaza con otra y terminas constatando que así es la vida, una cadena de sucesos, una historia…
No me cabe la menor duda de que de haberme quedado en Cuba, mi poesía gozaría de sobreabundante sensibilidad, mereciendo así, ser parte de la herencia lírica del país.
Creo que hay mucho que aprender de la literatura femenina cubana, no necesitamos estar dentro de la Isla para valorarla: está ahí, latente, y los que entienden de arte lo saben.
ERDELV.- ¿Las razones de estar o no estar en Cuba, a pesar de todo lo dicho, escrito y visto cohíben a un autor a escribir libremente, de manera objetiva y racional?
R.- Pues te contaré una pequeña anécdota: Cuando tenía unos 19 años, participaba en un taller de literatura, en El Vedado, La Habana. Un día escribí un poema que me pareció rarísimo, para mí no tenía forma pero me salió del alma, era un modo de rebeldía, de expresar todo lo que sentía. De alguna forma, el escritor que impartía el taller, interpretó mi poema de manera disímil a mi respectiva intención y me respondió: –Tienes imaginación, nada mal, pero es mejor que tengas cuidado con lo que escribes, podrías meterte en problemas…
¿Me cohibí? Sí, lo hice, a pesar de que no había nada que temer, no lo había, todo giraba en torno a mi inexperiencia.
Años más tarde, trabajé el poema, salvé algunas metáforas y las incluí en uno de mis libros.
ERDELV.- ¿Estás de acuerdo con el ejercicio de unidad entre los escritores cubanos de dentro o fuera de la Isla, en igualdad de condiciones en cuanto al derecho de escribir libremente?
R.- ¡Absolutamente! Es un sueño que espero se haga realidad, es un “derecho” de todo escritor. Porque si no contamos todo ahora, ¿qué dejaremos a los que vendrán?
ERDELV.- ¿Estarías dispuesta a formar parte de un encuentro en el que asistan poetisas y escritoras, sea en Cuba o fuera de Cuba?
R.- Sería una enorme satisfacción. El intercambio de ideas es un sano nutrir para todos y es, además, regocijante sentir la unión de nuestros hermanos, a pesar de todos los conflictos en el mundo.
ERDELV.- Yagua, ajiaco, yuca, melcocha, porrón, tinaja. ¿Qué te llega a la mente al mencionar estos nombres?
R.- Me ha dado mucha risa…
Yagua: pues en yaguas me lancé lomas abajo en diversas ocasiones, cuando me escapaba con mis amigos del barrio, fui muy traviesa de niña.
Yuca: Se me hace la boca agua ahora mismo, solo falta el mojito de ajo, la combinación perfecta.
Melcocha: Mi abuelita me preparaba unos dulces que eran pura melcocha, mi mamá siempre me hacía la guerra para que yo no los comiera porque entonces dejaba de lado la cena.
Porrón: Mi porroncito de plástico con agua fría no faltaba en mi mochila cuando iba a la escuela.
Tinaja: Me recuerda a Camagüey, la ciudad de los tinajones.
ERDELV.- Finalmente, ¿qué les dirías a las jóvenes escritoras sobre el ejercicio literario?
R.- Yo les diría que lean, pero que escriban más de lo que leen, que escuchen su propia voz, que sientan lo que están escribiendo como si fuera su propia historia, porque escribir es vivir.
Yamilka Noa (Holguín, Cuba). Reside actualmente en Costa Rica. A Yamilka le fue muy difícil atender esta eventualidad por lo riguroso de sus estudios en Thames Valley University, Londres. La seriedad de sus respuestas, en primer lugar, y la responsabilidad que, como autora, Yamilka le impone a lo que dice, me hace dar a conocer a esta voz cubana, de sencillos matices que hablan muy claro de la dulzura de su feminidad. Poetisa, actualmente estudia “Producción de Medios Digitales” en Thames Valley University. Nació el 31 de julio de 1980 en Mayarí, provincia de Holguín. Se crió en un pueblo llamado Nicaro y se fue a vivir a La Habana a los 17 años, hasta el día en que se marchó a Costa Rica en el año 2003 para instalarse como residente en ese país por un período de 6 años; aunque, quiere que todos lo sepan, es “cubana de pura cepa”, como decimos en Cuba. Su trabajo consiste, dice Yamilka, “en crear arte, desde la poesía (madre de las artes), hasta el más moderno (el arte digital)”. Se está empeñando en darle una apariencia diferente a la poesía, para mostrarla al mundo como un arte unificado. Habla de otorgarle más música de la que ya lleva consigo en su nacimiento, y de darles más vida a sus imágenes con otras imágenes visuales. Como dijo Morín: “...cada cultura produce dos tipos de lenguajes: uno es el lenguaje racional, empírico, práctico, técnico y el otro es el simbólico, mítico, mágico”. Pero ella se refiere al segundo punto, “donde usamos la excelsitud de la palabra y la producimos en emociones, de ser posible con mucho dinamismo, para que pueda ser experimentada por todos. Como pasa en la poesía hecha video”, dice Yamilka para terminar.