Mírame vida, en esta posición de retos,
sin atrás, sin laterales.
Mírame como tejo mis horas agotadas,
los días congelados,
la espera; seca como la flor del pino.
Cantándole a la altura.
Trepándome en las ramas,
sin miedo a las cigarras, al búho de esta noche,
-a las noches.
Me he resignado a cosas que equivalen a todo
o a nada, depende del color de las flores;
con que fuerza el sol las ilumina.
Pero como soy igual que un girasol
puede que mañana me arrepienta y me diga,
-te has equivocado de árbol, la palma es más alta-
y entonces deba emprender nuevamente,
mapa derecho en manos,
hacia una altura desconocida.
Mirame vida, como reto las alturas,
los muros disfrazados de ciudades,
los nombres improvisados en mañanas
que decían ser la ruta al amor.
¡Mirame!
¡Mirame!
No he nacido para besarle los pies a las plantas.
Yamilka Noa - Derechos reservados 2009