Mi niña se siente libre.
Mi niña quiere jugar a morirse
y se despeina en mis cabellos
se enfada desde mi estómago.
Mi niña prueba a envenenarse
desde adentro
y grita,
¡es un manicomio!
grita.
Mi niña no sabe,
¡Ay!, no sabe;
que no hay espacio para ella
aquí afuera,
en el púlpito agrietado que me sostiene.
Mi niña quiere jugar a morirse
y se despeina en mis cabellos
se enfada desde mi estómago.
Mi niña prueba a envenenarse
desde adentro
y grita,
¡es un manicomio!
grita.
Mi niña no sabe,
¡Ay!, no sabe;
que no hay espacio para ella
aquí afuera,
en el púlpito agrietado que me sostiene.